Thursday, May 17, 2007
Roma - Día 4
Después de un día caótico por Roma, al día siguiente nos fuimos por la mañana (en transporte público, para variar) a ver una fortaleza (que no me acuerdo ahora del nombre) con forma circular que estaba al lado del Vaticano. Cuando llegamos a la zona vimos un palacio muy bonito sólo por la fachada, y seguimos caminando hasta que llegamos a la fortaleza, en la cual hace varios siglos estaban los Papas refugiados del peligro que sufría el país en su momento. En ese momento, me di cuenta de que todas las fotos que había hecho con la cámara digital.... ¡¡SE HABÍAN BORRADO!! Eso me dio una alegría que no veas... Para más INRI, en plena puerta se habían plantado unos vendedores de estos que te dicen "barato, barato". Yo estaba harta de ver a esos pintas, pero qué remedio. Mis amigas y yo estábamos hablando en círculo y va uno y se nos cuela, como si hubiera estado en la conversación. Como le ignorábamos, yo miraba hacia arriba, haciéndome la empanada. En eso que siento que me está poniendo una pulsera. Yo seguí a lo mío. De repente, le di la pulsera con mala leche... estaba ya agobiada, era como ver un montón de mosquitos en una zona en la que quieres estar tranquila. Mis amigas se partían de risa conmigo. Lo que no sabían era que estaba utilizando una técnica para que nos dejaran en paz. XD Bueno, fue divertido, después de todo.
Entramos a la fortaleza y nos pusimos en la cola para sacar las entradas. En eso que, de repente mis amigas y yo sentimos unas gotas que caen del cielo. ¿Está lloviendo?- dije yo, y me contestaron todas... "no, ¿por qué lo dices?". Miré arriba, toqué mi cabeza y ya supe lo que pasaba... unos ESPAÑOLES (no podían ser italianos, eran demasiado brutos) se habían dedicado a tirar gapos desde unas terrazas que había, que justo estábamos debajo de ellas. Por suerte, el gapo lleno de mucosidades y a saber qué más, cayó a unos centímetros de mí. Una gotita de saliva me cayó en el pelo. ¡Mi hermoso pelo! ¡Me hicieron aborrecerlo! @_@
Después, nos dieron unas audioguías para escuchar una visita guiada. Yo me fui con E. a ver la fortaleza, con un mapa gigante con numeritos para marcar en la audioguía. Acabamos de verlo en una hora. Estuvo bonito.
A continuación, los profes nos dejaron ir a comprar souvenirs (¡aleluya!) y a comer. Fuimos hacia la zona de tiendas que estaban cerca del Vaticano. A pesar de tener poco tiempo par volver luego adonde hubimos quedado, compramos las cosas y, fuimos muy inteligentes (jejeje), cogimos el metro (como teníamos un bono xD), y llegamos justo a tiempo, en 5 minutos (cuando podríamos haber tardado 20 minutos en llegar). Tras esperar a los demás, que se perdieron, nos fuimos al parque del día anterior para ir a visitar el Museo Borguese.
Llegamos allí y nos tuvieron que quitar las bolsas, las mochilas, las cámaras, en definitiva, todo. Lo que pretendían con ello era que nadie hiciese fotos en el interior del museo. Cuando entramos, todo el mundo se quedó fascinado. Yo me quedé perpleja, era el museo más bonito que he visto jamás. Cada cuadro, escultura, incluso la arquitectura del propio museo era fascinante, obras de arte por todos lados. Entre otros, en ese museo se encuentra la famosa escultura de Apolo y Dafne, hecha en el Renacimiento. Hasta encontramos un retrato de la Virgen María que se parecía un montón a mí. Ojalá lo hubiera podido fotografiar...
Acabada ya la visita, pudimos descansar un poco, porque teníamos los pies hechos polvo. Cuando íbamos de camino al metro para irnos al Trastevere a cenar, vimos un gimnasio al lado de la estación de metro. En él se podía ver a un tío sentado en un sofá de la recepción, completamente sopa, con la cabeza hacia arriba y con la boca abierta. Quién fuera él en aquel momento... parecía el hombre más feliz del mundo echándose una siesta...
Fuimos al Trastevere a cenar, una pizza (cómo no) marguerita que estaba buenísima. Cuando terminamos, nos fuimos al metro corriendo porque se iban a cerrar las líneas. Cuando quisimos coger el autobús, rezamos para que llegara el último del turno, porque también se cerraba la línea de autobuses. Por fin llegó, y pudimos dormir ese día, por primera vez, en condiciones.
DÍA 5 Y ÚLTIMO - BREVE RESUMEN
Por fin llegó el último día (digo por fin porque teníamos las piernas hechas polvo). Hicimos las maletas, y partimos en autocar (¡aleluya!) hacia el aeropuerto. Otro tortuoso viaje en un avión minúsculo con pasillos por los que la anchura propia cadera difícilmente podía pasar. Lleno de estudiantes, eso sí. Aterrizamos bastante bien, y a continuación nos fuimos en autocar al instituto. Yo me quedé sola con los profes esperando a que llegaran mis padres a recogerme (tardaron lo suyo). Me llevaron a casa y, nada más llegar, me fui a arreglarme, porque ese día era la audición en mi conservatorio. Llevamos el contrabajo (qué pereza, por Dios) y tocamos (hombre, claro). Todo salió bien, menos que mi voz estaba peor que antes... parecía Darth Vader, y no pude cantar casi.
Espero que os haya gustado el resumen del viaje. Hasta el próximo post.
Entramos a la fortaleza y nos pusimos en la cola para sacar las entradas. En eso que, de repente mis amigas y yo sentimos unas gotas que caen del cielo. ¿Está lloviendo?- dije yo, y me contestaron todas... "no, ¿por qué lo dices?". Miré arriba, toqué mi cabeza y ya supe lo que pasaba... unos ESPAÑOLES (no podían ser italianos, eran demasiado brutos) se habían dedicado a tirar gapos desde unas terrazas que había, que justo estábamos debajo de ellas. Por suerte, el gapo lleno de mucosidades y a saber qué más, cayó a unos centímetros de mí. Una gotita de saliva me cayó en el pelo. ¡Mi hermoso pelo! ¡Me hicieron aborrecerlo! @_@
Después, nos dieron unas audioguías para escuchar una visita guiada. Yo me fui con E. a ver la fortaleza, con un mapa gigante con numeritos para marcar en la audioguía. Acabamos de verlo en una hora. Estuvo bonito.
A continuación, los profes nos dejaron ir a comprar souvenirs (¡aleluya!) y a comer. Fuimos hacia la zona de tiendas que estaban cerca del Vaticano. A pesar de tener poco tiempo par volver luego adonde hubimos quedado, compramos las cosas y, fuimos muy inteligentes (jejeje), cogimos el metro (como teníamos un bono xD), y llegamos justo a tiempo, en 5 minutos (cuando podríamos haber tardado 20 minutos en llegar). Tras esperar a los demás, que se perdieron, nos fuimos al parque del día anterior para ir a visitar el Museo Borguese.
Llegamos allí y nos tuvieron que quitar las bolsas, las mochilas, las cámaras, en definitiva, todo. Lo que pretendían con ello era que nadie hiciese fotos en el interior del museo. Cuando entramos, todo el mundo se quedó fascinado. Yo me quedé perpleja, era el museo más bonito que he visto jamás. Cada cuadro, escultura, incluso la arquitectura del propio museo era fascinante, obras de arte por todos lados. Entre otros, en ese museo se encuentra la famosa escultura de Apolo y Dafne, hecha en el Renacimiento. Hasta encontramos un retrato de la Virgen María que se parecía un montón a mí. Ojalá lo hubiera podido fotografiar...
Acabada ya la visita, pudimos descansar un poco, porque teníamos los pies hechos polvo. Cuando íbamos de camino al metro para irnos al Trastevere a cenar, vimos un gimnasio al lado de la estación de metro. En él se podía ver a un tío sentado en un sofá de la recepción, completamente sopa, con la cabeza hacia arriba y con la boca abierta. Quién fuera él en aquel momento... parecía el hombre más feliz del mundo echándose una siesta...
Fuimos al Trastevere a cenar, una pizza (cómo no) marguerita que estaba buenísima. Cuando terminamos, nos fuimos al metro corriendo porque se iban a cerrar las líneas. Cuando quisimos coger el autobús, rezamos para que llegara el último del turno, porque también se cerraba la línea de autobuses. Por fin llegó, y pudimos dormir ese día, por primera vez, en condiciones.
DÍA 5 Y ÚLTIMO - BREVE RESUMEN
Por fin llegó el último día (digo por fin porque teníamos las piernas hechas polvo). Hicimos las maletas, y partimos en autocar (¡aleluya!) hacia el aeropuerto. Otro tortuoso viaje en un avión minúsculo con pasillos por los que la anchura propia cadera difícilmente podía pasar. Lleno de estudiantes, eso sí. Aterrizamos bastante bien, y a continuación nos fuimos en autocar al instituto. Yo me quedé sola con los profes esperando a que llegaran mis padres a recogerme (tardaron lo suyo). Me llevaron a casa y, nada más llegar, me fui a arreglarme, porque ese día era la audición en mi conservatorio. Llevamos el contrabajo (qué pereza, por Dios) y tocamos (hombre, claro). Todo salió bien, menos que mi voz estaba peor que antes... parecía Darth Vader, y no pude cantar casi.
Espero que os haya gustado el resumen del viaje. Hasta el próximo post.
Labels: Roma
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