Estos días he estado con la Selectividad. Por fin todo ha acabado, aunque uno acaba con un poco de miedo por los resultados. Estaba de estudiar hasta las narices (así de claro), y por fin puedo dedicarme, al menos un rato, a hacer lo que me gusta de verdad.

En este post quería despedirme del Conservatorio de Música. Después de estar estudiando 4 años (Grado Elemental), he decidido dejar mi "carrera musical" para dedicarme a mi carrera el año que viene. Quería hacer un balance sobre estos estudios de música, que parecen tener tanto prestigio.

Pienso que no he perdido el tiempo, pero tampoco ha sido una experiencia extraordinaria. Empecé con 13 años, que puede estar considerado como una edad un poco más avanzada de lo normal (aunque hace unos años se empezaba normalmente con 17 años). O al menos eso es lo que me han contado algunos profesores. He estudiado durante todo este tiempo un instrumento que no había elegido, el contrabajo, el cual se me adjudicó porque lo puse en sexto lugar en la lista de preferencias. Si no llega a ser por eso, creo que no habría llegado a entrar, a pesar de haber superado con buena nota las pruebas de actitud musicales. Además, conocía tan poco este mundo que confundía el conrtabajo con el violoncello.

El primer año fue una introducción al instrumento y al lenguaje musical sobre todo, y la verdad es que lo llevé bastante bien. Estaba muy motivada, tenía a un profesor encantador que me animaba a seguir. Esta es la cara positiva del Conservatorio: si te toca un buen profesor, vas a disfrutar al máximo. Pero al año siguiente se me asignó otro profesor. Aquí se presenta la otra cara. El esfuerzo que yo hacía para estudiar (buscando tiempo y quitándolo, a veces, del tiempo de estudio) no se me valoraba, únicamente se me valoraba el resultado en clase. Esto lo respeto mucho, y creo que no me debo quejar, pero pasé dos años muy desmotivada por el profesor. Sólo con decir que el primer día de clase que tuve con él salí llorando del aula hasta mi casa lo dice todo. De todas maneras, las reacciones que a veces tenía en cuanto desafinaba eran exageradas. Gritaba y llegaba a dar golpes. No es un profesional, en definitiva. En fin... Por suerte, este último año ha venido una profesora encantadora que me ha devuelto la motivación y que ha estado aguantando mis momentos de estrés con los exámenes. Es una gran profesora, y le agradezco mucho su paciencia.

En cuanto a las demás asignaturas, en coro y en orquesta, y en lenguaje musical, he tenido la oportunidad de conocer a gente encantadora que normalmente no encuentras fácilmente. Estoy muy agradecida por haber conocido a gente tan agradable y divertida. Nunca os olvidaré, chicos, sois grandes amigos para mí. Y nunca olvidaré las excursiones de Orquesta en Villalba, Alcalá de Henares y Vallecas. Sobre todo, nunca olvidaré la primera excursión en Villalba. Allí conocí a uno de mis actuales mejores amigos. :)

Por otro lado, y después de analizar tantas cosas buenas que me han sucedido, debo decir que para aprobar el instrumento y las demás asignaturas, hay que hacer un trabajo extra (como es lógico) en casa. La verdad es que, a pesar de haber tenido que tocar en conciertos en plena semana de exámenes (incluso este año), ha merecido la pena y lo he pasado muy bien. Pero, por otro lado, son muchas horas de ensayo, que se suman a las horas de actuación. Y algunos exámenes del instituto me han salido mucho peor únicamente porque no he tenido tiempo para estudiar por esta razón.

Pienso que para dedicarse a esto (estudiar en el Conservatorio), o tienes muy buenas aptitudes, o te gusta realmente, o te vas a dedicar porofesionalmente a ello como si de una carrera universitaria se tratase. Como éste no era mi caso (lo tenía muy claro desde el principio), siento decir que decidí dejarlo finalizado este año. Me da muchísima pena dejar a tanta gente, a tantos profes, a la música, etcétera... por eso os dedico a todos este post. Además, ya sabéis cómo he pasado por este lugar y cómo me he sentido. Espero volver a veros el año que viene a muchos de vosotros, en los conciertos (cuando vaya de oyente y no como músico).